Real Club de Golf de Tenerife

Trato denigrante por el personal del guardarropa a una invitada de la fiesta... del 28.12.13

2.0 de 5 estrellas29 diciembre 2013

Cl Joaquín Rodrigo 6. B
Urb. Aguere
38.208 La Laguna

29 de diciembre de 2013

Att. Don Raimundo Baroja Rieu
Presidente Club de Golf

Estimado Sr:

Lamento tener que ponerme en contacto con usted para que tenga conocimiento de unos hechos, lamentables, que en la fiesta que en esa Sociedad se llevo a cabo en la noche del 28 al 29 del presente mes de diciembre y de la que nuestra hija Silvia Mota Armas, invitada a través de una amiga e hija de socio, fue victima.

Cuando nuestra hija Silvia fue al guardarropa que estaba habilitado para custodiar las prendas de los asistentes a la mencionada fiesta, se encuentra con la sorpresa de que una señorita, la encargada de ese servicio, le comunica que su abrigo, de alto valor económico y sentimental y habiéndole entregado Silvia el correspondiente resguardo que a tal efecto el Club de Golf da a los invitados para con posterioridad a su custodia le sea devuelto lo allí depositado en su momento, que su abrigo, ya no está alli, que se lo habría llevado alguien, algo sorprendente ya que el ticket estaba en poder de mi hija, su titular y por tanto es incomprensible que otra persona hubiese retirado su abrigo con un ticket que no correspondía.

La encargada del guardarropa y a pesar de la insistencia de Silvia y de sus amigos, todos hijos de socio de ese Club de Golf, insistieron a la mencionada encargada, incluso reiteradamente para que mirara, por favor, bien y despacio ya que lo que estaba pasando no podía ser posible.

En todo momento, la mencionada encargada del guardarropa actuó con absoluto desprecio a la demanda de esta gente “joven” no haciéndoles ni caso y por tanto mostrando a esta invitada al Club de Golf su mas absoluto desprecio y a todos sus amigos, insisto, hijos de socios, que le pedían insistentemente que mirara bien, algo que siempre se negó hacer con una actitud prepotente hacia todos ellos.

No solo no les dio el abrigo, sino que se quedó con el ticket, lo cual dificultaría una posterior reclamación por nuestra parte para recuperar el abrigo desaparecido de forma inexplicable, sino que su actitud en todo momento hacia estas personas fue de menosprecio y de una falta de educación lamentable.

Nos llama nuestra hija, muerta de frío, llorando y víctima de su impotencia ante la actitud prepotente de la empleada mencionada, lo que motiva que su madre, se presente en el Club de Golf de inmediato sobre las 7 horas de la mañana. Le atiende una señora, entiendo que también personal de esa Sociedad, con una chaqueta roja, y con mucha amabilidad le comenta a mi señora que el guardarropa ya está cerrado pero no obstante y muy amablemente, insisto, colabora en la resolución de nuestro problema... se dirigen al guardarropa y efectivamente la chaqueta estaba allí.

Ciertamente, estoy seguro que usted lo entenderá, estábamos indignados y nuestra intención ante lo relatado era la de interponer una denuncia en el Cuerpo Nacional de Policía por presunta apropiación indebida de una prenda de vestir de alto valor económico.

No soy socio de ese Club de Golf, ahora ya estoy prejubilado, pero en muchas ocasiones he sido invitado a almorzar en él por socios del mismo y clientes míos, habiendo sido siempre el trato por parte del personal, muy correcto y agradable.

¿ Que es lo que pasa ?.¿ que son unas niñas y niños los que reclaman?. todos con más de 20 años, los socios del futuro; concretamente mi hija estudia 3º de derecho y relaciones internacionales con un expediente académico sobresaliente, es decir, no son niños, son personas mayores de edad, todos ellos estudiantes ejemplares y de una educación y comportamiento intachables, los conocemos a todos, por tanto y en ningún momento se justifica el trato denigrante que la encargada del guardarropa les dio esa noche... es inadmisible.

Ruego, apelando al cargo que ostenta, al buen nombre de esa Sociedad y al sentido común, tome usted las medidas oportunas para que comportamientos como el de la encargada del guardarropa esta noche pasada hacia los invitados, mi hija, y sus amistades, todos hijos de socio, no se vuelvan a repetir.

Sin otro particular y agradeciéndole de antemano la lectura de éstas líneas, aprovecho para saludarle atentamente.
Los padre de Silvia Mota:
Pedro Antonio Mota Domínguez María del Mar Armas Suárez